Victoria era una migrante de El Salvador refugiada en México. Murió el 27 de marzo a manos de la policía mexicana. Hoy, las organizaciones de derechos humanos a nivel internacional cuestionan si los convenios de protección a los migrantes funcionan
Victoria no es la primera ni la última persona a la que México le concede una visa humanitaria. Pero sí es la primera migrante asesinada este año bajo el yugo de la policía mexicana.
Tenía 36 años y murió en una acera en Tulum, Quintana Roo, luego de ser sometida por cuatro policías locales quienes aparentemente la asfixiaron hasta la muerte. No fue sino dos días después que Victoria Esperanza Salazar apareció en el discurso de los presidentes mexicano y salvadoreño como una víctima del uso excesivo de la fuerza.
También apareció en los cuestionamientos de las organizaciones pro derechos de los migrantes que ya ven con desdén la funcionalidad de los convenios de protección a los migrantes.
Victoria llevaba cinco años en México, bajo el amparo de una visa humanitaria. Tenía dos hijos menores. En 2017, cuando la violencia en El Salvador rondaba los 60 asesinatos por cada 100.000 habitantes, Victoria decidió huir a Estados Unidos, pero en el camino se dio cuenta de que una visa humanitaria en México resolvería su condición de migrante temporalmente y decidió quedarse en ese país, donde acabaría muriendo el 27 de marzo.
Iba sola en ese entonces. Luego se reunió con sus hijos menores y los tres se establecieron en México donde Victoria trabajaba limpiando hoteles de la zona costera de Quintana Roo. Hoy, tras su asesinato, los hijos de la migrante quedaron a la deriva. Uno de ellos está en custodia de las autoridades mexicanas y el otro, teme que ese resguardo le cueste la vida igual que a su madre.
“La otra niña siente temor cuando ve a la policía. No sé si ha quedado con algún trauma o si ella piensa que la policía le puede hacer algo”, relató Rosibel Arriaza, madre de Victoria, luego de reunirse con funcionarios del gobierno de El Salvador.
Tanto el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, como su homólogo en México, Manuel López Obrador han expresado su indignación por el asesinato de la migrante.
“Veo a miles de mexicanos indignados exigiendo justicia para nuestra compatriota. Ellos están igual de indignados que nosotros. Que no se nos olvide que no fue el pueblo mexicano quien cometió este crimen, sino unos criminales en la policía de Tulum”, dijo Bukele.
Obrador, por su parte, se comprometió a “castigar a los responsables”.
Una familia rota
“Pido justicia para mi hija aunque ya no vuelva a la vida”. Con una voz quebrantada, Rosibel Arriaza, madre de Victoria, habló con la prensa sobre cómo su dolor le impidió reconocer el cadáver de su hija a través de fotografías. Asimismo pidió que los asesinos de su hija no se queden sin castigo.
“Aunque sé que mi hija ya no volverá a la vida, en el área moral yo sí estaría satisfecha de que esos señores [policías mexicanos] paguen por lo que hicieron”, dijo al salir de una reunión con funcionarios del gobierno salvadoreño
En una conversación vía telefónica, Arriaza dijo que prepara documentos para enviarlos a Cancillería con la esperanza de ir a México a reunirse con sus nietas, quienes quedaron solas luego del asesinato de Victoria. Relata con zozobra -y como último recuerdo- cómo su hija planeaba comprar un lote de tierra pues el alquiler en México era complicado de pagar con el salario de doméstica.
En El Salvador ya se organizan concentraciones por el asesinato de Victoria. Este 29 de marzo está programada una para las 6:00 p.m hora de El Salvador. Algunos activistas y defensores de derechos humanos comparan el asesinato de Victoria con el de George Floyd, ocurrido en mayo de 2020, en Estados Unidos, a manos de la policía.
¿Afectará a los convenios migratorios?
Sophia Cortez, estratega política y líder comunitaria en Estados Unidos dijo que los convenios de protección al migrante son un fracaso, por ser “palabra muerta” y que el caso de Victoria demuestra una falta de estrategia política migratoria “justa” a nivel regional y hemisférico.
“En el Triángulo Norte hay un resurgimiento de una oleada de migración irregular porque sigue existiendo el trasfondo que los obliga a migrar. En ese corredor siempre ha habido una continua violación de derechos humanos; no se les garantizan los derechos como refugiados”.
ESCUCHA LAS NOTICIAS DEL DIA EN WLZM-DB Y MANTENTE INFORMADO.